La fe alimento de la vida
Hablando, escuchando, trabajando, estudiando... en todo lo que vivimos a diario, vamos aprendiendo de a poco a concretizar nuestra fe. En cada situación que nos sucede repitamos en nuestro corazón: ¡yo creo en Dios! Si aprendemos a apoyarnos en Él, si nos encomendamos a Él, seremos mucho más buenos, mucho más sonrientes, mucho más capaces de amarnos. Aprendamos a vivir la fuerza de la fe, la luz de la fe, la alegría de la fe. La fe es la brújula que te guía durante todo el día, la fe nos transforma, nos cambia...
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