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En la “Casa de Formación”, el domingo 11 de marzo se reunieron los familiares de los misioneros de la Comunidad.
Durante el saludo de apertura, Madre Elvira ha destacado que debemos aprender de estos jóvenes que abandonan una vida donde “tienen todo” para vivir una realidad de sacrificio en la entrega de si mismos a los demás. Pero cual es la verdadera riqueza de la vida: las cosas o el amor que se entrega?
En la Santa Misa p.Stefano recordó la aridez en que vivían los chicos antes del encuentro con la Comunidad: en este lugar “santo” han encontrado aquel fuego de amor que es el Espíritu Santo que genera la vida, luego han decidido de donarlo a quienes han sido menos afortunados, más pobres de amor. Esta elección a veces es difícil aceptarla porque las familias tenían otros proyectos para sus hijos, pero seguramente en la fe será una bendición también para ellos.
Especialmente intenso y conmovedor fue el ofertorio, donde los padres, con una foto en mano del hijo han sido invitados a confiarlos en las manos de Dios llevando el hijo al altar y colocándolo en un cesto en manos de M.Elvira, mientras p.Stefano pronunciaba los nombre uno a uno. No faltaron las lágrimas de las familias que viven el desapego de sus hijos y la alegría por el camino que sus hijos están recorriendo.
Durante el almuerzo p.Stefano contó como fue el inicio de las misiones: la historia de “Nicola” que ha ofrecido su sufrimiento a Dios por esto y todo lo que hoy podemos contemplar.
El Rosario de la tarde introdujo un momento rico de testimonios de los padres que han hecho experiencia junto a sus hijos en las misiones en este último período.
Agradecemos especialmente a las familias que se están dedicando a la organización de gestos de caridad concreta para promover los proyectos de las misiones.
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