Misión Sta. Josefina Bakhita, Virginia, 10 de julio 2014
“Dios ama al que da con alegría”
(2Cor 9,7)
Queridísima Madre Elvira y queridísimos todos,
en estos días de gracia hacemos fiesta a nuestras vidas y agradecemos a la Comunidad que nos enseña a vivir la vida entregada con alegría, una vida que con alegría se consume y no se enmohece. Cada día Dios nos regala muchas ocasiones para amar y ser felices. Aquí en Liberia la vida sigue golpeando a las puertas de la misión: hace dos semanas recibimos a Cristian, nuestro hijo número 20, un niño de 12 años que hacía bastante que estaba con las hermanas de Madre Teresa. Estaban muy contentas de confiárnoslo; la amistad que tenemos con ellas es muy linda: muchos niños que ahora viven con nosotros vienen de la casa de ellas, lo que nos une de un modo especial. Las hermanas vienen a visitarnos bastante a menudo, para abrazar y saludar a los niños y para contemplar los milagros que Jesús Resucitado hace en sus vidas. Todos los días Jesús nos pone cerca de otras vidas: nuestros vecinos, los amigos, los enfermos que piden ayuda y oración, las personas que vienen a darnos una mano con los niños y otros trabajos.
El Obispo le confió al Padre Adrián una casa para restaurar aquí dentro del santuario: será un lugar de oración, de retiros y seguramente recibirá mucha vida entre los brazos de María, Reina de la Paz. ¡Así que estos son días de fiesta también para nosotros!!
El sábado a la mañana iremos al santuario en procesión y encomendaremos tu vida, querida Madre Elvira, y la vida de cada uno de ustedes. El sábado a la tarde haremos la adoración junto a los niños y gracias a la presencia del Padre Adrián, Jesús Eucaristía pasará en medio de nosotros para bendecirnos, sanar nuestros corazones y decirnos cuánto nos quiere. El domingo a la mañana miraremos el recital Credo. También los niños lo han visto algunas veces pero la vida de Jesús es bella, es una novedad permanente y siempre tiene algo para decir a nuestra vida.
El domingo a la noche concluiremos la fiesta celebrando la Santa Misa y después los niños más grandes representarán para los más pequeños y para todos, un cuento simple pero significativo para explicar que es verdad que “Dios ama al que da con alegría”. Pero el programa no termina aquí: el domingo a la noche, algunos de nosotros iremos a la casa de amigos queridos para ver la final del mundial. ¡También aquí en África, la Providencia es grande y no nos deja faltar nada!
Los escuchamos y los sentimos cerca: gracias por sus oraciones que son una bendición y fuerza para vivir con alegría, coraje y amor nuestro camino misionero.
María, Reina de la Paz, Madre del Cenacolo, Reina de las Misiones, los abrace y también a sus familias, que le lleve a Jesús todas sus oraciones.
Con mucho, mucho amor, los queremos mucho… ¡we love you plenty oh!
La familia cenacolina liberiana