Queridísima M. Elvira y queridísimos todos,
Con el corazón lleno de alegría les deseamos en esta Santa Pascua un nuevo encuentro con Jesús Resucitado y Le pedimos para ustedes todas las gracias que necesiten.
Este año vivimos la primera Cuaresma junto a nuestros niños. Su presencia nos ayudó a prepararnos para la Pascua con más profundidad, al explicarles el significado de estos cuarenta días, haciéndoles contemplar el Crucifijo y preparándolos para la Resurrección de Jesús, fuimos creciendo nosotros y se robusteció nuestra fe.
Iniciamos el Triduo Pascual con el Lavatorio de los pies. Algunos fuimos a la parroquia pero para la mayoría fue un don poder vivir esta celebración en casa. Sor Lucía lavó los pies de nuestros niños más grandes y compartió el pan de la última cena con ellos. Nos asombró ver que nuestros pequeños vivieron este momento con seriedad y participación.
El viernes a la tarde fuimos todos a la parroquia y algunos participaron en el “drama” organizado por los jóvenes de la parroquia San Gabriel. A pesar de que la Iglesia Católica hace solo 100 años que está presente en Liberia y en esta tierra hay muchas iglesias y religiones locales, Padre Paul y nuestros parroquianos se empeñan en rezar de corazón. Los liberianos son un pueblo joven y en camino que necesita educación y cada año aprende un poco más lo que significa ser Iglesia.
El sábado a la noche y el domingo participamos en el programa de nuestra parroquia y con mucha alegría recibimos a Jesús que una vez más venció la oscuridad del sepulcro y viene a nuestro encuentro para decirnos “¡¡Mi Alegría… Resucité… tú también has resucitado!!!”
¡Qué verdad y qué bello es vivir RESUCITADOS!!
Quedamos unidos en la oración encomendándonos a María, Reina de la Paz, Madre de Jesús Resucitado.
¡¡LOS QUEREMOS MUCHO!!
Los niños, tíos, tías, familia Pellicoli y Hermanas de la familia Cenacolo liberiana