“El amigo fiel es un apoyo seguro, quien lo encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, su valor es incalculable. El amigo fiel es un elixir de vida, los que temen al Señor lo encontrarán.” (Sir 6, 14 – 16)
El 4 de febrero recibimos en Saluzzo la visita de Monseñor Diego Bona, Obispo Emérito de nuestra Diócesis y especialmente “padre y amigo” preciosísimo que sostuvo nuestra Comunidad con la sabiduría de un hombre de Dios y Amor de Pastor atento. Por la mañana quiso celebrar la Misa con Madre Elvira , las hermanas Misioneras de la Resurrección y los Hermanos Sacerdotes, en la Casa de Formación, recordando muchos momentos de amistad, de encuentro, de apoyo mutuo y de alegría vividos junto a nosotros en sus años del Episcopado en Saluzzo, ¡especialmente al principio cuando eran tiempos “duros”! Nos estimuló a “obedecer” el impulso evangélico del Papa Francisco, testimoniando la Alegría del encuentro con Dios, única Luz “que se contagia” y abre el corazón de la gente. Su presencia fue un don especial para Irene y Fabrizio, familia misionera “cenacolina,” que regresan a la Misión “Santa Josefina Bakhita” en Liberia: recibieron una “bendición” especial de las propias manos de don Diego (es así como siempre le gusta que lo llamen a Monseñor Bona). También quiso pasar por la Casa Madre para saludar, abrazar, exhortar y bendecir a nuestros jóvenes y familias, asombrándonos una vez más de ver un corazón que ama sin parar…hasta el fin. Nos dio un luminoso testimonio de felicidad y entusiasmo por la vida….¡¡a la “joven” edad de 87 años!! A Madre Elvira y a las Hermanas las saludó con la misma ternura que tiene para cada uno de nosotros. ¡Y partía con entusiasmo para un encuentro con un grupo de familias en camino de la espiritualidad de la pareja cristiana! Agradecemos al Señor por haber puesto en nuestro camino Su siervo bueno y fiel, y lo encomendamos a Su amor, para que lo recompense por todo el bien que una vez más nos ha donado. ¡GRACIAS!
|