Hace pocos días finalizó la peregrinación a Medgujorgie de los padres y amigos de la Comunidad. La Virgen nos esperaba para hablarnos, para darnos en croata gracias que tenía para cada uno de nosotros. Para estar segura que entendíamos bien sus palabras, que no hubiera dudas, nos dio tres días de sol maravilloso, sin nubes, sólo Ella y nosotros. Desde el primer día pudimos acercarnos a Ella en el Podbrodo, siguiendo las reflexiones de nuestros sacerdotes, que nos acompañaron hasta Ella, haciéndonos entender la importancia de quedarse en silencio y escuchar lo que la Gospa quería decirnos. El momento fuerte fue el de las confesiones. Tenemos que agradecer y rezar por nuestros sacerdotes, que no escatimaron ni un minuto de su tiempo, muchas veces renunciando a ellos mismos, para poder ofrecernos la Misericordia de Dios. En cada momento, en cada lugar, estaban disponibles para ofrecernos el Sacramento de la Reconciliación. Sabían qué importante es para nosotros. El Via Crucis en el Krizevac señaló otra importante etapa, vimos muchas de nuestras pobrezas y realizamos buenos propósitos que trajeron paz a nuestros corazones. Paz, que usando las palabras de las chicas del Campo de la Alegría….no tenemos que dejarnos robar…Naturalmente, para nosotros los padres y para todos los que estaban con nosotros, vivir la Santa Misa en las dos fraternidades –varones y mujeres- nos entibió el corazón, especialmente a los que pudieron abrazar a su hijo o hija. Agradecemos a María que nos quiso cerca de Ella en amistad y armonía, haciéndonos abrir el corazón a los demás, ayudándonos a descubrir, como dijeron nuestros sacerdotes, otro rostro de Dios. Nuestras oraciones fueron para todas las personas que llevábamos en el corazón, especialmente para Madre Elvira, a quien nunca acabaremos de agradecer, y por toda la Comunidad, gran don de Dios. Gracias, Gracias y gracias, María
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