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Retiro para padres en Luján


“Yo sentía en el corazón que tenía que proponerles la cruz” (Madre Elvira)
El primer fin de semana de marzo se realizó el Retiro para los padres de los jóvenes que están en la Comunidad; las familias que tienen el hijo en otro país siguen perseverando en el camino propuesto, ayudando a otros padres que recién llegan y se sorprenden al encontrar la verdad de un Dios tan cercano.
El sábado 2 nos reunimos en la Basílica Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina, para comenzar con la Santa Misa y pedirle a María que sea Ella la que guíe el Retiro, que nos ayude a dejar de lado el apuro de la ciudad, las preocupaciones de la vida cotidiana, a veces falsas. El Santuario está impecable, había sido restaurado hasta el campanario, lucía verdaderamente bello.
Luego de la Santa Misa, fuimos en procesión hasta la Casa de Retiros “San José”, llevando el Santísimo, y rezando el Santo Rosario.
Al llegar, nos esperaban los amigos, con las puertas abiertas y un té caliente para merendar. En seguida pasamos al salón de actos, donde escuchamos, leímos y reflexionamos la primera catequesis: de P. Stefano a los padres: Cuaresma, un camino interior. Luego de un prolongado silencio, para encontrar dentro nuestro qué nos decían a cada uno esas palabras, el Padre Carlos y Dávide, “abrieron el fuego” y, comenzando por los amigos, siguieron todos los matrimonios pasando juntos adelante y contando cómo estaban viviendo esta etapa, los esfuerzos que hacían para recomponer sus familias, la nueva mirada de la fe con la que ahora podían mirarse y mirar a los otros hijos.
La cena fue preparada por Luca y los amigos sirvieron y atendieron a los padres. Para finalizar la jornada nos reunimos en la capilla a rezar la Coronilla de la Divina Misericordia frente a Jesús. Durante toda la noche se expuso el Santísimo Sacramento y hubo adoración continua, participaron todos los padres con mucho entusiasmo.
Esa noche fue de silencio, oración y meditación de las palabras de Madre Elvira sobre el camino del perdón. Para muchos también del Sacramento de la Reconciliación.
El domingo después del desayuno, otra catequesis nos llegó al corazón: La cruz da vida, de Padre Stefano a los padres. Fue muy intenso todo lo que se reflexionó, de manera personal y con el grupo ya que generalmente tratamos de esconder nuestro sufrimiento. Para el mediodía había crecido la amistad entre los padres; el almuerzo consistió en empanadas y “choripanes” riquísimos generosamente hechos por un amigo de la Comunidad.
En la capilla Padre Carlos celebró la Santa Misa final para dar gracias a Dios por haber podido vivir estos días intensos, lo hizo con un bello gesto tomado de la catequesis: uno a uno fuimos pasando y arrodillándonos frente a la cruz la abrazamos, nos apoyamos en Ella, nos aferramos. Fue un momento profundo de mucha emoción y unidad.
¡Gracias a Dios porque en este retiro renovó nuestra esperanza, nos devolvió la alegría, nos puso en esta “escuela de vida” tras las huellas de Jesús!

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