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Primer año de la misión en Liberia

   


Misión Santa Josefina Bakhita
       
Virginia, 10 de octubre 2012

“NO  HAY AMOR MÁS GRANDE QUE DAR LA VIDA POR LOS AMIGOS.”  (Jn 15,13)

Queridísimos Madre Elvira, Padre Stefano y todos,

Sus oraciones inundaron de gracia la tierra liberiana y a todos nosotros. La verdadera fiesta empezó un par de semanas antes por el clima de unidad y entusiasmo que había entre nosotros preparando la casa y organizando la jornada: el que más tiene, más pone... Hay mucha vida a nuestro alrededor, un ida y vuelta de gente que venía, miraba, ‘curioseaba’ preguntándose qué estaríamos haciendo y muchas veces nos daban una mano en los trabajos. Para no hablar de los que estaban implicados en la representación evangélica o en los bailes: nuestros pequeños vecinos que desde el primer día se mostraron fieles y entusiastas para hacer algo nuevo saliendo de sus casas. Todos los días nos preguntaban: “¿Mañana hay ‘drama’… a qué hora es el ensayo?” y aunque no hubiera igual querían venir. Dieron lo mejor, asombrándonos  también a nosotros: muchos no saben quién es Jesús ni nunca escucharon hablar, o quizá son de otra religión... ¡PERO DIOS NOS LOS PUSO AL LADO! 
La fiesta fue en la “sala de juegos” que hacía poco que habíamos terminado de pintar y le pusimos el nombre de Santo Domingo Savio, encomendándola a su protección. El lema de la fiesta fue el mismo de la Fiesta de la Vida, pero en inglés; en la pared del centro de la habitación pintamos un mundo gigante con los continentes pintados de colores y en el medio colgamos la cruz de nuestra capilla. Alrededor expusimos una galería fotográfica. Conseguimos algunos bancos del Shrine...  parecía una bellísima Iglesia. No podía faltar María a la que le dimos un puesto de honor desde donde Ella podía ver todo y todos la podían ver a Ella. ¡Verdaderamente era un lugar lleno de luz! Había muchos invitados: amigos, sacerdotes, consagrados, los vecinos que vinieron muchos y con muchos niños! Comenzó a las 4 de la tarde. Uno de los primeros en llegar fue nuestro Obispo, que respondió a nuestro agradecimiento con: “¡No podía faltar!” Llegó el P. Gary, las Hermanas españolas, las Hermanas de la Caridad, el Nuncio con el secretario, amigos de la parroquia... en total éramos  cerca de 250 personas. El comienzo de la fiesta fue bendecido por la Santa Misa presidida por nuestro Obispo, quien recordó la llegada de la Eucaristía a nuestra casa hace un año y se alegró de ver hoy a mucha gente que venía a compartir con nosotros este momento de alegría. Durante la homilía, el P. Adrián subrayó nuestra diversidad de procedencia y cómo Dios, llevándonos a este pueblo nos unió y nos juntó para que nos quisiéramos. El Nuncio, feliz de estar presente, nos agradeció a todos y se ofreció para lo que necesitáramos. Antes de terminar, también nosotros agradecimos a todos los presentes y ausentes, por el don de la amistad, recibida especialmente de nuestros vecinos, ellos nos enseñaron cómo vivir aquí. Tomo un ejemplo, el Obispo les preguntó: “¿Son sus amigos?”  “Sí…”  “ ellos están aquí con ustedes, por ustedes, no busquen dinero, porque no lo tienen, ellos trabajan como ustedes. Háganse amigos. ¡Háganse cercanos con su ayuda, con su experiencia!” Y es así: está quien nos ayuda con la huerta, otro con las flores, otro con sus manos, otro con el inglés liberiano, quién con la providencia de fruta, en fin,  se creó un vinculo de unidad entre ellos y nosotros... y nosotros sin ellos seríamos pobrísimos.
Después de la Santa Misa, la Fiesta siguió con la representación evangélica: el ciego de Jericó y el milagro del paralítico. A pesar de que alguno de los presentes se rió (un poco por ignorancia), nuestros “pequeños actores” vivieron el momento con mucha seriedad, nunca habían hecho algo tan lindo. En seguida vinieron dos canciones con gestos, “made in USA”, todos iban a ritmo y estaban atrapados por el baile mientras nuestro querido obispo, sentado en primera fila, filmaba maravillado con su máquina fotográfica. Terminamos con un buen plato de arroz a la liberiana y una gran porción de pollo frito, cocinado por nuestras cocineras (Colu y dos amigas), que desde las 9 de la mañana estaban corriendo para preparar la cena para 200 personas. ¡Todos verdaderamente contentos!
Estamos felices por este primer año de vida “liberiana”, por los muchos pequeños e importantes pasos, algunos logrados con sacrificio, y agradecemos a Dios y a la “Queen of Peace”, que estamos aquí, con la ayuda de ellos y las oraciones de ustedes, nosotros también queremos ¡DAR LA VIDA!
Un fuerte abrazo en Cristo, María bendiga a cada uno de ustedes con su sonrisa y su paz. Unidos para siempre... ¡LOS QUEREMOS!

Todos los hermanos y hermanas de Liberia

PD. Imposible mandar fotos porque son muy pesadas y la computadora es muy lenta… ¡VIVA LIBERIA!

Exposición Fotográfica...  

   

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