Agradecemos a la Reina de la Paz que este año le pidió también a algunos sacerdotes, hermanas, chicos y chicas del Cenacolo que acompañaran a Medjugorje a muchos niños, jóvenes y familias amigas de la Comunidad. Esta peregrinación nació hace casi 10 años en el corazón de una abuela deseosa de agradecer a la Virgen, junto a toda su familia, por la sanación milagrosa de una nieta; hoy es una cita de oración, de compartir y de amistad que cada año tiene más participantes. Este año partimos más de 150 personas de Piemonte y Lombardía. Junto a las mamás, los papás, los jóvenes y los niños, subimos al Podbrdo, la colina de las apariciones, rezamos el Vía Crucis subiendo al Krizvacz, visitamos la fraternidad del Cenacolo en Medjugorje, asistimos a la aparición y el testimonio de la vidente Mirjiana… y pusimos en las manos de María nuestras vidas, nuestros corazones, nuestras cruces, las alegrías y las esperanzas y nos sentimos abrazados por el inmenso Amor de la Madre. Fuimos una gran familia y otra vez nos conmovió y asombró ver con cuánto entusiasmo los niños y los jóvenes participan de los momentos de oración. En este “Año de la Fe” que está por comenzar agradecemos a Dios por las familias cristianas, por la vida de muchos papás y mamás que le transmiten a sus hijos con coherencia, coraje, alegría y sacrificio la fe: un don preciosísimo, que no se compra ni tiene precio y que nos hace hombres y mujeres felices.
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