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Con mucha felicidad Madre Elvira partió otra vez a Fátima invitada por algunos amigos que desean abrir la Comunidad también allí. Después de un viaje que salió con un poco de retraso, llegó con el Padre Stefano a Lisboa; la esperaban los amigos portugueses además de Marco y Cinzia, que habían llegado el día anterior. El calor, la cordialidad y la hospitalidad de los amigos de esa tierra se sintió desde el principio, para hacerse servicio acompañando a Madre Elvira y a la pequeña “familia” del Cenacolo en peregrinación a los pies de la Virgen, para comprender Su voluntad sobre nosotros. Y María Santísima ya había preparado el terreno y los corazones para la llegada de la Comunidad; uno de los signos más grandes fue el encuentro con el Padre Jorge Guarda, Vicario de la Diócesis de Leiría – Fátima, quien sólo unas pocas semanas atrás había conocido nuestras fraternidades de Medjugorje, y quedó muy tocado por los testimonios de nuestros jóvenes. “¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!” El momento más profundo y conmovedor fue la visita al Santuario, a los lugares de las Apariciones de la Virgen y del Ángel de Portugal, a las tumbas de los tres pastorcitos, a sus casas. Fueron momentos fuertes, de unidad, de oración, y también de alegría y de amistad en el Señor. Agradecemos a la Virgen, que nos espera con los brazos abiertos en esa tierra bendecida con su presencia. Agradecemos a Jesús, que nunca nos hace faltar la Providencia de personas buenas y capaces, que se preocupan por nosotros y nos regalan su amistad y confianza.
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