Villa Salvador Perú – Mayo 2012
“YO ESTOY CON USTEDES TODOS LOS DÍAS HASTA EL FIN DEL MUNDO”
Queridísimas hermanas y todos: finalmente nos ponemos en contacto para contarles del río de alegría, de simplicidad, amistad y Amor que estamos viviendo estos días, gracias a la presencia de Madre Elvira y Padre Stefano. Nuestra Madre pasaba por toda la casa mirando asombrada todo: los niños, las tías, las nuevas construcciones que no conocía y decía: “¿Quién hizo todo esto? ¡Qué historia!” Especialmente miraba a los niños y jugaba con ellos, les daba de comer, los paseaba; su vida está cada vez más habitada por el Espíritu de la “Divina Infancia”, del deseo de hacer cosas pequeñas con mucho amor, y no para nunca de enseñarnos, no tanto con palabras sino con la vida, minuto a minuto. La fiesta de “Graduación” de sor Mari fue un lindo momento al Estilo Americano. La Santa Misa la celebró en la iglesia de la Divina Misericordia nuestro queridísimo Obispo y fue una “bomba” de Espíritu Santo. El coro compuesto por nuestros tíos, tías y hermanas cantó para todos, y fue un bello momento para agradecer la finalización de los estudios y el comienzo del “amor y servicio” concreto, como decía el Obispo: “Es triste ver en los hospitales enfermeras y doctores cansados, con “cara de palo”, es decir, con el rostro triste, sin vida, con rabia, que no están dispuestos a recibir y sacrificarse; debemos estar contentos, alegres, porque nuestra mirada a veces puede sanar más que la medicina o el tratamiento aún indispensable!” Madre Elvira sonreía y regalaba alegría a todos los que la rodeaban. Luego de la Santa Misa fuimos a la ceremonia en un Auditorium, con mucha toga y birrete (sombrero cuadrado). Al menos dos horas sonaron los himnos de Perú, de la escuela, de la universidad, saludos interminables, racconto de los cinco años de estudio, fotografía, video, canto y música, entrega del diploma, juramento de la enfermera y entrega de la . . .medalla. Madre Elvira estuvo presente casi hasta el final: aquí las fiestas se sabe cuando comienzan pero no cuando terminan. Gracias a todos por la amistad, el Amor y la oración: ¡estaban con nosotros! El domingo tuvimos una jornada de fiesta en Rayo de Luz con amigos, benefactores, sacerdotes, seminaristas, vecinos de la casa, parroquianos. . .en fin, el lindo “Pueblo de Dios”; celebramos la Santa Misa en el verde jardín de Rayo de Luz, con ‘toldo’ por el sol (Perú avanza. . .de todas maneras!) Cuando terminó la Santa Misa, P. Stefano contó brevemente la historia de Madre Elvira para los que no la conocían y luego nos hizo arrodillar frente al altar a todos, los niños y grandes, para la bendición, entre cantos y agradecimientos a María. Madre Elvira como siempre saludó incansablemente, abrazó, bendijo y se sacó fotografías con todos, la gente se arrodillaba para pedirle una bendición y para agradecerle todo el bien que está haciendo nuestra Comunidad en Perú. Estaban también tres matrimonios de nuestros chicos que estuvieron en la Comunidad con su esposa e hijos; también para ellos fue un regalo pasar un día con la Madre y toda la Comunidad. Luego de un buen almuerzo ítalo-peruano entre “causa rellena” preparada gratuitamente por los vecinos de la casa para doscientas personas, pizzetas, arroz y torta de Mamá María, nos encontramos para la Coronilla de la Divina Misericordia bajo nuestro humilde ‘toldo’ peruano que nos protegía del sol y presenciamos el baile de nuestras tías y hermanas de Villa Salvador al ritmo de ‘Color Esperanza’, una escena para los niños acerca de la búsqueda del Arca de Noé, muy divertida, preparada por las tías de Villa, con muchos leones e hipopótamos, la marinera peruana bailada por niños de cinco años. . .increíble, luego un testimonio hermoso de algunos tíos y tías, la representación de la Parábola del Rey Bueno, preparada por los tíos, tías, hermanas, niños, adolescentes y trabajadores de Rayo de Luz y los infaltables bailes, ‘Dios Provee’ y ‘Libertad’ de las Hermanas. Los amigos estaban contentos, escuchaban y miraban asombrados. Al día siguiente nos reunimos todos de nuevo en Rayo de Luz para el almuerzo (lasañas de mama María, Hna. Ade, Hna. Rosi, y Bárbara) y llegó nuestro Obispo Monseñor Carlos, fue un momento simple de compartir y de alegría; por la tarde repetimos todos los bailes y las escenas para el Obispo y para Madre Elvira que no había visto todo. Los días siguientes fueron muchos pequeños momentos de cotidianidad y fiesta porque cuando está ‘el Esposo’ siempre hay fiesta, y entre Villa Salvador y Rayo de Luz nos vimos a menudo. El sábado a la noche vivimos la Adoración en el ‘techo’ de Villa con P. Stefano, que nos habló de la amistad y de lo que tenía en el corazón luego del encuentro en la Certosa y nos pidió de rezar más las unas por las otras, ser más amigas con las rodillas, poner en la oración nuestras pobrezas y las de los demás, ser buenas, querernos más, porque no es suficiente hacer muchas cosas: debemos ser signo visible del Amor, el verdadero Amor que sabe estar en silencio, que reza y pide perdón, recomienza, tiene entusiasmo, se entrega y hace en seguida lo que le piden porque ama. Fue un momento muy fuerte para todas, al final nos hizo arrodillar una por una delante de Jesús mientras las demás rezábamos juntas. Estamos rezando por la posibilidad de una casa para los jóvenes de Perú: ya que muchas veces a la semana vienen a buscar ayuda de la Comunidad. ¡Recen por nosotros y con nosotros, Dios Proveerá! GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, por todo y por siempre. Unidas en la oración, ¡¡¡LOS QUEREMOS MUCHO, MUCHO!!!
Las Hermanas Misioneras de la Resurrección Peruanas
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