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JMJ en Madrid

El viaje a Madrid fue un gran don: conocimos nuevos lugares, crecimos en amistad, fuimos fortificados en la fe, sufrimos, nos divertimos. . .nos enriquecimos interiormente.
Tuvimos la posibilidad de saludar al Santo Padre y sentimos mucha alegría al verlo aunque sea sólo un segundo: ¡la alegría de las cosas pequeñas se hizo enorme!  En Cuatro Vientos, el aeropuerto donde se hizo el encuentro final, las duras condiciones (mucho sol, tormenta, cola para tomar agua, dormir  en las bolsas de dormir  apretados como sardinas. . .) no nos hicieron perder el entusiasmo, la alegría, la fe de poder estar con el Santo Padre.
Durante la tormenta tuvimos un bello momento: mientras llovía y soplaba el viento, nosotros comenzamos a invocar al Espíritu Santo  cantando: “Santo Espíritu, Santo Espíritu, desciende sobre nosotros”  y  “El  viento comienza a soplar, yo lo escucho”. Haciendo la cola para tomar agua rezábamos el Rosario, la Coronilla y pensábamos en nuestros misioneros en África. ¡Con fe todo se hace oración!
Terminamos el encuentro  igual que  como lo comenzamos: cantando, haciendo gestos, sonriendo y saludando a todos con mucha alegría en el corazón.
Dios usó este modo  simple pero fuerte para  que demos testimonio de nuestra resurrección y para llevar alegría a la gente  que encontrábamos por las calles, en las estaciones del metro, en las plazas, en el tren. . .La gente nos recibía saludando, muchas veces  también cantando, rezando y haciendo los gestos con nosotros. Estábamos muy, muy unidos. Se sentía mucho la fuerza de la oración. Dormíamos poco pero éramos incansables.
No nos faltaba nada, mucho menos  cuando estábamos paseando todo el día. Dios nos sorprendió con su Providencia: nos  hizo encontrar fruta, agua, una exposición sobre la Madre Teresa de Calcuta, sacerdotes confesando, baños. . .
También la Virgen nos hizo comprender que está con nosotros y que no debemos preocuparnos de nada. Nosotros le regalamos la oración del Rosario, por las calles, en los trenes, en las estaciones.
¡Gracias Señor, porque te pudimos llevar a los demás  de un modo simple pero concreto!

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