En el camino de María
Una esperanza comienza a renacer también en Colombia La Madre de la Divina Providencia que sigue llamando a sus hijos perdidos al camino de la conversión y de la salvación, sembró en el corazón del Arzobispo colombiano SER Darío de Jesús Monsalve Mejía - hombre de fe y de oración, enamorado de la vida, que busca el bien para su país, el deseo de salvar a los jóvenes de la droga y de la delincuencia. La Providencia le respondió con un encuentro con nuestra Comunidad en Casale Litta. Arzobispo desde hace años, vino a Italia para recibir un nuevo nombramiento del Papa. Cuando llegó a Italia se hospedó en lo de una familia que conocía y hablándoles de su deseo de conocer a Madre Elvira, ya que se había sentido tocado por su fe en nuestra resurrección, surgió la posibilidad de un encuentro con P. Vittorio, nuestro querido amigo. A través de él, para nuestra gran alegría, llegó a casa. En su persona vimos mucha luz, humanidad, mucho interés por conocer nuestra realidad y cómo se desarrolla la vida en Comunidad. Luego de un afectuoso saludo nos regalo la celebración de la Santa Misa. Quedamos conmovidos con su homilía porque transmitió fuerza, confianza y mucha esperanza en este proyecto de Dios. Él cree que Dios no salva a través de una persona sino de una comunión de personas y este valor lo pudo percibir en nuestro estilo de vida. Fue muy bello cómo se preocupó por cada vida y así bendijo especialmente a cada uno al finalizar la Santa Misa. En la mesa vivimos un lindo momento, cordial y simple, estaban presentes también otros sacerdotes colaboradores suyos. Nos hablaron de su actividad, de las dificultades de la Iglesia en Colombia donde a pesar de tanto mal, se viven muchos testimonios de fe coherente y valiente. Por la tarde visitaron la casa, los trabajos que realizamos, vimos mucho interés de su parte con respecto a los valores profundos sobre los que se basa nuestra Comunidad. Este encuentro nos dejó mucho entusiasmo y alegría para iniciar esta nueva amistad y ahora esperamos los tiempos de Dios y seguimos rezando con confianza a la Madre de la Divina Providencia. ¡Gracias!
Imprimir esta página
|