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“Ustedes tienen que renacer de lo alto” Jn 3,7
Este fue el lema del encuentro anual de las familias que viven dentro de la “gran familia” de la Comunidad Cenacolo. Hemos llegado desde las diversas casas de Europa el domingo de la Divina Misericordia, para vivir juntos una semana de retiro y oración.
El lugar del encuentro fue Medjugorie, Santuario de la Reina de la Paz, donde nuestra Comunidad está presente con dos fraternidades que nos han recibido y sostenido durante los días del retiro. Las jornadas comenzaban con el Santo Rosario que rezábamos mientras subíamos el Podbrodo, la colina de las apariciones, seguido de un silencio intenso, tan precioso para hacer hablar a Dios en nuestros corazones.
Después meditábamos sobre las palabras de la liturgia de bendición de los esposos en el rito del matrimonio, para volver a descubrir el regalo que es el otro para nosotros, y la belleza de ser fieles en el amor verdadero, para siempre al esposo/a que Dios nos ha elegido.
Hubo mucho espacio para las adoraciones eucarísticas y para las catequesis con Madre Elvira, que junto a las celebraciones de la Santa Misa de Padre Stefano y Padre Ivan, nos ayudaron a hacer brillar con toda su luz el tesoro que es el sacramento del matrimonio cristiano. Nuestra alegría de esposos es el más bello testimonio del amor que Dios nos tiene, para iluminar con la luz de Cristo a nuestros hijos, a los jóvenes con los cuales vivimos y a la gente que encontramos: “Siempre preparados a dar testimonio de la alegría y esperanza que hay en nosotros”
Agradecemos a los chicos de “Campo de la Vida” por el recibimiento y a las chicas de “Campo de la Alegría” por la atención que pusieron en el cuidado de nuestros numerosos hijos, y porque nos han hecho sentir como en casa.
¡Gracias a la Comunidad por el regalo de esta peregrinación!
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