Se realizaron dos días de intenso retiro en la Casa de Formación para todos los responsables de los Coloquios. Se alternaron momentos de profunda oración, de catequesis, de diálogo, de indicaciones comunitarias para los padres y para los jóvenes que desarrollan su compromiso en los distintos lugares de escucha donde se realizan los «Coloquios». Son el momento del primer encuentro con la Comunidad para los que los que llegan desde el sufrimiento, a la puerta de la Comunidad para pedir ayuda. Se ha reflexionado sobre la importancia que tiene este primer encuentro para estar al servicio de la Esperanza, sobre la necesidad de vivirlo con especial cuidado, con el corazón ; sobre la importancia de cada paso que los va acercando a la Comunidad: cada uno de ellos tiene un profundo sentido educativo y constructivo. Ha sido importante este momento de comunión para caminar unidos en este precioso servicio a la vida herida. La presencia de Madre Elvira al final dio una «carga» de serenidad y de pasión por la vida, que seguramente sostendrá en la fe el camino de este año. Felices de «trabajar» gratuita y apasionadamente en esta «viña del Señor», todos hemos regresado a casa felices del don recibido.
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