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Experiencia

¿Deseas vivir una "experiencia" de vida comunitaria con nosotros?

Como tú, muchos jóvenes en los últimos años, si bien no provienen de situaciones dramáticas de adicciones o de marginación, nos han pedido el vivir un tiempo con nosotros para realizar una experiencia de vida en la alegría del Cenáculo. Para ello es necesario escribirnos explicando las motivaciones de tu solicitud y el período que tienes disponible para realizarlo.
Con la experiencia hemos constatado que el período mínimo debe ser de 45 días, para que el tiempo transcurrido con nosotros no sea una de tantas "experiencias" más, sino deje un signo profundo en tu corazón y sea el inicio de un verdadero camino de conversión y de fe.

Un tiempo de vida comunitaria es aconsejado en modo particular a las esposas o chicas que tienen esposos o novios en el Cenáculo, para vivir desde adentro aquello que él está aprendiendo, para estar en grado de caminar al lado de la persona amada en la dirección correcta.

También para aquellos que piden transcurrir un tiempo en nuestras casas en « las misiones », es necesario el realizar antes un período de vida comunitaria, para ir con la debida preparación y conocimiento de nuestro estilo de vida y de servicio.

Para los jóvenes que se sienten atraídos por el carisma de la Comunidad y sienten el impulso interior hacia un camino de consagración, pedimos una verificación concreta "en el campo", lo que significa realizar un período de al menos tres meses compartiendo la vida comunitaria en una de nuestras Fraternidades, antes de ingresar a la Casa de Formación. Pensamos que este es el camino para lograr el mejor discernimiento concreto y verificar la propia llamada a una vocación.

En el período de experiencia, el chico/a acogido participa en la vida de la Fraternidad plenamente, sin "fugas", en sus momentos de oración, compartiendo la revisión de vida y el trabajo. Creemos que esto sea un modo real de ponerse en escucha de Dios: una jornada destacada en la oración y el trabajo, en lo concreto de una comunión fraterna que no te permite "escapar" de tí mismo, sino que te ayuda a mirarte dentro y sobretodo a encontrar al Señor en tu historia concreta.
 

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