Octubre 1998 – Congreso: “La mujer consagrada en el mundo de la salud en el umbral del tercer milenio- Drogadicción y SIDA” En oportunidad de un congreso sobre la presencia de la mujer consagrada en el mundo de la salud, Sor Elvira fue invitada a dar su testimonio de mujer consagrada llamada por Dios a servir a los drogadictos. Al finalizar el encuentro el Santo Padre se reunió con los presentes, dandole una bendición especial a Sor Elvira y a la Comunidad.
Del testimonio de Sor Elvira a su regreso de Roma “Cuando Juan Pablo II entró en el salón con su paso vacilante, apoyado en el bastón, sentí un fuerte impulso de arrodillarme: era como si en lo más íntimo hubiera percibido que se acercaba a mí un hombre “lleno” de la presencia de Dios. Cuando llegó frente a mí se detuvo y me bendijo. En ese momento me “agarré” a su mano: no era conciente de lo que hacía porque su andar era tan frágil que lo podría haber hecho caer, pero en ese momento sentí una fuerza que me tiraba arriba: tocaba una mano que no era sólo la mano de un hombre que se mantenía en pie con dificultad, sino que era “la mano fuerte de Dios que levanta al pobre”, era la fuerza de una roca, de la fe de Pedro.”
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