“¡He aquí María, estamos contigo!” Madre de la espera que buscas con el corazón con la mirada, con las lágrimas a tus hijos desbandados, en un mundo que ha abandonado a Dios. Te agradecemos porque tu amor nos atrajo hasta aquí para dar vida, esperanza, gozo y fe a muchos jóvenes y a todos aquellos que buscan la verdad, el perdón y la paz. Nos encomendamos a ti, amadísima Madre nuestra, para que tu puedas educarnos y formarnos a escuchar la Palabra viva, tu Hijo Jesús Resucitado, para reencontrarnos un día en el Reino de Luz y Salvación. Aquí estamos María, estamos contigo hoy y por siempre! Amén.
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