Una familia con muchos colores Atraídos por la propuesta de una vida cristiana auténtica, algunas familias y muchos jóvenes voluntarios comenzaron a “detenerse” para vivir a tiempo completo y en total gratuidad al servicio de los que la Comunidad acogía. Algunos de ellos iniciaron un camino hacia la consagración religiosa renovando anualmente los votos de pobreza, castidad, obediencia, servicio y amor a los pobres. También numerosos chicos y chicas que terminaron el camino de recuperaciòn pidieron quedarse en el Cenáculo en la búsqueda de la voluntad de Dios, donando generosamente su vida en distintas realidades y en las misiones. Se forma así el primer grupo de personas dedicado a la vida comunitaria, que comparten una vida de oración, de escucha de la Palabra de Dios y de ayuda a los pobres. Además, muchos amigos - familias, laicos y sacerdotes -, primero en Italia y luego en otras naciones colaboran, cada uno según sus posibilidades y profesiones, en la obra de la Comunidad, compartiendo la espiritualidad, el servicio y la misión, desde su ambiente familiar, laboral o eclesial. A la luz de estos años de camino, podemos individualizar algunas ramas nacidas del tronco de la Comunidad: * Jóvenes voluntarios * Familias misioneras * Hermanos y hermanas consagrados * Familias de los chicos en camino * Amigos del Cenáculo
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