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Nicola

 Del libro “Más allá del Sida – Diario de Nicola”

30 de enero de 1996 (página 21)
A propósito de presunción, en estos días me faltó rezar por el don de la humildad, cosa que como ya te había dicho, deseo mucho. Quizás daba por descontado que Dios me concediera esta gracia…y me detuve a esperar. Pero entendí que Dios me da la libertad de conquistar la humildad, ayudándome solo a iluminar mis errores y mi presunción, como hoy me sucedió.
Escuchando hoy la homilía de padre Rinino me tocó una frase que ha dicho: “Dios ama con un amor de Padre”… me detuve a reflexionar sobre esto.
Como tú sabes, a mí me ha faltado mucho el amor de mi padre pero pienso que también esto haya servido para mi camino. La falta, el vacío que esto ha creado en mí me ha empujado y me empuja  siempre  a buscar más el amor del más grande de los padres: ¡Dios!
Pienso en aquellos niños del Brasil y de todo el mundo que sufren por la falta del afecto de los padres y pido al Padre que pueda velar siempre sobre ellos y haga sentir a ellos Su amor, como está haciendo conmigo.

13 de mayo de 1996  (página 80)
Al final de la cruz está la resurrección.
Allí mi esperanza no deberá vacilar, tendré necesidad en ese momento de la fe y de la esperanza de todos ustedes.
Sobre estas cosas estoy reflexionando y pienso que Dios, en Su inmensa fantasía, puede  haber decidido algo  enorme  frente a lo cual solo los necios no reconocerían la potencia de Dios!
Estoy dispuesto a aceptar todo lo que ha decidido para mí.
Él conoce lo deseos de mi corazón que podrían no coincidir con sus proyectos.
Pero para mí estaría igualmente bien porque, más allá de mi vida, más allá de mis deseos, está Dios a quien  amo más que a mí  mismo.
Tengo fe en Él y en todo lo que me tiene  preparado.
¡Padre, Tú conoces los deseos de mi corazón, pero que se cumpla tu voluntad y no la mía!

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