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Historia de una fraternidad….“CIELO Y CAMPO”

Queridos, continuamos contándoles la historia del nacimiento y desarrollo de cada una de las fraternidades. Es un viaje  hacia atrás que deseamos compartir con ustedes para que toquen con las manos las maravillas que Dios obró en estos años en la Comunidad.  Seguro que nadie hubiera imaginado cuántas cosas nacerían de aquel julio del 83 cuando se inició la aventura del Cenacolo.  La mirada hacia el pasado nos enseña a  tener más confianza en Dios que es el artífice de este maravilloso camino.
Fraternidad “Cielo y campo”  (Casaleggio, 2007)
Una señora, esposa y madre, en una peregrinación a Lourdes conoce nuestra realidad. La Virgen  siembra un bello deseo en su corazón y la confirmación de esa intuición se da cuando regresa y asienten tanto sus familiares como la Comunidad. Así nace  entre arrozales, la nueva fraternidad “Cielo y Campo”: una finca con un terreno grande y algunas construcciones abandonadas desde hacía años, necesitadas de nueva vida….

La familia Villa  eran empresarios en Casaleggio (NO). Cerca de su establecimiento tenían esta amplia propiedad  con casas y terreno inutilizados. La señora Villa, en una peregrinación a Lourdes conoció la realidad de la Comunidad Cenacolo. Se entusiasma y siente el impulso en su corazón de donar la propiedad que estaba cerca de su establecimiento a la Comunidad.  Comparte con su familia la decisión.
Cuando tiene el consentimiento de todos, le presentó a Madre Elvira  a través de una amiga en común, la decisión ya tomada. Madre Elvira, luego de haber visitado personalmente  la propiedad, la acepta  reconfortada porque todos los familiares estaban de acuerdo. La donación fue  recibida y bendecida por todos y así comenzó el camino de esta nueva casa inmersa en los arrozales de Novara.  El 1 de mayo de 2007, fiesta de San José Obrero, por la tarde, con la presencia de Madre Elvira, Padre Stefano y otros sacerdotes amigos, fue inaugurada la nueva fraternidad. La Santa Misa fue la señal de la presencia de  Jesús  con nosotros y de su bendición.  Desde el primer día Él vino a vivir  en casa, en el sagrario de la capilla, corazón de  la vida de la fraternidad. Pocos días antes de la inauguración,  un equipo de “generosos obreros” llegados de la fraternidad vecina de Casale Litta,  acondicionó dos habitaciones  de la llamada “casa rosa”, que alojarían  a los primeros doce jóvenes que llegaron.
Los primeros pasos se caracterizan por el clima normal de sacrificio que marca el comienzo de cada fraternidad: había una sola canilla para toda la casa; la cocina se ubicó en un cuarto y la ducha estaba en un rincón al exterior. Pero la aventura recién comenzaba y ya estaba por llegar el “general invierno”. Las piezas de la “casa rosa” tenían ventanas sin cerramientos. Pero el equipo de trabajo tenía mucha fantasía y espíritu de iniciativa: las ventanas se cerraron con paneles de madera y revestidas de  poliesterol, de esta forma disminuyeron las corrientes de aire frío que eran el peor enemigo.
En seguida llegó la Providencia para ayudarnos con la preparación de una chimenea que nos permitió calentar  el comedor: además, el caño  también calentaba un poco las dos habitaciones del piso superior, haciendo más soportable el frío de los colchones.  Poco después la Providencia nos asombró otra vez con el regalo de cuatro estufas eléctricas: ¡nos parecía estar  bien cálidos!  Entre octubre y noviembre del siguiente año  se completó el milagro: se terminó de restaurar completamente el edificio donde  viviríamos y  se hizo la inauguración.  Pero no se terminaron los trabajos, la fraternidad de Casaleggio es una obra permanente, podríamos poner el cartel: “Obreros trabajando”.  Se comenzó con la demolición del desván  y restauramos  los salones que se inauguraron en el aniversario de la casa del 2010. Una larga excavación de 300 metros hecha para llevar el agua  a lo largo de  todo el perímetro de la casa…. fue hecha por los jóvenes, y ahora está por terminarse la instalación de  la calefacción.  Como ustedes ya saben, el trabajo es un componente educativo fundamental en el camino, junto a la riqueza espiritual que se encuentra en la capilla en la presencia de Jesús Eucaristía,  que es su centro, y  que se alimenta  en los prolongados momentos de adoración personal y comunitaria, en la escucha cotidiana de la Palabra y en la celebración de la Santa Misa.
Tenemos una gran riqueza de  “Providencia espiritual”, única entre nuestras fraternidades: la cita gozosa de los domingos, el Santo Rosario, la  celebración del Sacramento de la Penitencia, la compañía de los Santos patronos de la casa como amigos especiales en estos años (san Luis Gonzaga, San Juan XXIII, la beata Chiara Luce), las catequesis que  nos ofrecen muchos amigos sacerdotes, algunas peregrinaciones realizadas a los santuarios de Novara, nos sostienen con la oración dos grandes monasterios de clausura, el de la isla San Julio, en el lago de  Orta y el de Ghiffa en el Lago Maggiore… Uno de los últimos momentos espirituales fuertes fue la celebración de la Confirmación para dos jóvenes de la fraternidad,  presidida por nuestro queridísimo amigo, Mons. Gianni Colombo, en el mes de mayo pasado.
Todo este trabajo espiritual es una gran medicina para el alma y el corazón de nosotros jóvenes, que vivimos un camino progresivo de sanación espiritual, que se hace concreto en  el trabajo manual y  en  muchos signos que la Providencia nos ofrece para hacernos ver que Dios es un Padre que cuida a sus hijos. Nuestro camino también está marcado por encuentros con realidades muy bellas de la Iglesia diocesana: nos han visitado el Obispo de Vercelli, Mons. Enrico Masseroni, y el obispo de Novara, Mons. Franco Julio Brambilla.  Los seminaristas de los Seminarios de Novara, de Vercelli  y de Biella estuvieron con nosotros en un encuentro muy amigable y enriquecedor.  Un “equipo” de hermanas del Instituto Sagrado Corazón de Novara compartieron con nosotros un fuerte momento de oración y de alegría, y gustaron nuestras ricas pizzas.  Los padres de los jóvenes que se confirmaron, los numerosos amigos de la Comunidad que  se encuentran mensualmente con nosotros….se agregan a nuestra lista de presencias. Simplemente podemos decir que la fraternidad está rodeada de mucha amistad, afecto y simpatía, que son un gran don del Señor  para todos nosotros.
Un regalo inesperado de la Providencia fue el equipamiento del campo  de fulbito con  pasto sintético; este año hospedamos el “Torneo de la Amistad” convocado entre las fraternidades italianas de la Comunidad con la presencia de un centenar de jóvenes. En estos últimos meses se completó el horno para la pizza, lo que dio momentos de mucha alegría en la  Comunidad,  por  poner contentos a los amigos que vienen a gustar el producto de nuestra buena cocina.  En la casa también criamos animales: gallinas, ocas, patos, cerdos….El nombre de nuestra fraternidad, “Cielo y Campo”  es exacto para la realidad que vivimos aquí: el campo es el terreno de nuestra humanidad herida, que a menudo parece un desierto llamado a abrirse al cielo para recibir el don de la Palabra del Señor, que es la lluvia que fecunda  y hace florecer en nosotros una vida nueva.  A menudo, cuando salimos de la casa para el Rosario caminado,  se abre ante nuestros ojos un escenario  paradisíaco: abrazamos un  panorama que va desde el Monviso  y el Monte Rosa hasta Resegone. ¡Otro motivo más para agradecer a la Providencia que nos  ha donado esta gran casa, bendecida por el Señor!

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