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SANTA NAVIDAD EN LIBERIA
Misión Santa Bakhita, Virginia,  Santa Navidad 2014

“NO NOS CANSEMOS DE HACER EL BIEN”  ( Gal 6,9)

“QUIENES ESTAN AL SERVICIO DE DIOS, NUNCA PUEDEN ESTAR CANSADOS.”  (Beata Irene Stefani, misionera de la Consolata)

Queridísima Madre Elvira….
Aprovecho esta jornada de Retiro para  saludarte y pedirte disculpas por el atraso!!!
Hace un tiempo que quería escribirte y por eso  en la Adoración hablo a Jesús Eucaristía de ti, de todo lo que vivo cada día y le agradezco a Él por  haberme hecho el regalo de que llegues a mi vida!!! Todos los días agradezco a Dios por la alegría del corazón  de servir aquí en Liberia, por la fuerza física que no se agota, sino que se renueva cada día más…y esto gracias a la Eucaristía que me hace “volar”, correr, doblar la espalda…¡¡estoy feliz…feliz de dar la vida!!
A veces  recuerdo cuando era tía en Bahía, corría, amaba, rezaba…pero no tenía la energía interior que hoy tengo, que me hace decir  ‘sí’, me hace ir adelante siempre y como sea….AGRADEZCO, AGRADEZCO, por el don de esta  ‘fuerza’ que es la vocación, la llamada a la vida consagrada, a  SERVIR AL SEÑOR, y es Él quien me dona alegría, entusiasmo, fuerza  para  cumplir su voluntad cada día!!! Cuando explotó el boom del ébola, Padre Adrián nos propuso hacer renuncias, ofrecer a Dios este tiempo de cruz por esta tierra, por nosotros, por este pueblo.  Recuerdo que le pregunté a Jesús: “¿Y Tú qué quieres que yo haga  por Ti?”…Y lo que sentí en mi corazón fue  que tenía que esforzarme más en la oración: en la puntualidad, en estar de rodillas, no dormir en la Hora de la Misericordia…¡¡Jesús me está donando  más entusiasmo aún  para servir!!
El otro día preparaba   la torta para el cumpleaños de tía Irene….eran las dos de la tarde  y estaba el empeño de Adviento…me dije: ‘No lo paso por alto, la torta espera’,  luego, a las 15 h era la Coronilla de la Divina Misericordia y me dije ‘No quiero llegar tarde, entonces le pedí a tío Ricardo que  cuide la cocción de la torta…Finalmente salió una super torta…y para mí fue una respuesta de cuánto debo educarme, cada día en la fidelidad al Señor, justo en las pequeñas cosas.

Para mí los niños son los  grandes testigos  de esta  fidelidad…porque en seguida creen, aman, se aficionan a Jesús y rezan con el corazón…¡¡no necesitan pruebas ni signos!!  Un día, mientras miraba un cuadro de la María, Sofía me preguntaba: ‘¿Dónde está la Virgen?’, y yo le contesté: “¡¡Está aquí con nosotras, nos mira, trabaja con nosotras, nos sonríe!!!”  Unos días después, mientras pelábamos las cebollas entre lágrimas, ella misma me decía mirando hacia arriba… “¡hermana María está aquí con nosotras!” Era la hora de la Coronilla  de la Divina Misericordia, yo bajaba corriendo la escalera, y también Sofía de tres años estaba bajando; en cuanto me vio corriendo me dijo: “¿Dónde vas? ¿Vas a Misa?”, “No,” le respondí, “voy a rezar con las hermanas”… Entonces me llamó de nuevo y con  su manito en el corazón y una bella sonrisa me dijo: “¡¡Hermana, reza por mí!!”

Habría muchísimas  situaciones para contar…y cada vez que me acontecen siento una alegría especial en el corazón que me hace casi llorar. Realizo el servicio de la cocina con mucha alegría y mucha ayuda, el número de los ayudantes aumenta siempre. Muchas pequeñas manos corren a socorrerme…los niños y las niñas antes del Rosario o de la Santa Misa corren, se lavan rápido y vienen a la cocina y me dicen…”vine para ayudarte ¿qué puedo hacer?”  Esta es la Santa Providencia porque siempre llegan en el momento justo y me ayudan a poner la mesa, a preparar la fruta , a lavar y secar la lechuga…en un santiamén  está todo listo y entonces sí puedo ir a agradecer al Señor!

El domingo, luego de algunos meses pude salir a la puerta y saludar a “mi gente”. En muy poco tiempo el paisaje cambió: muchas casas ya no están, muchos árboles  fueron cortados para hacer combustible y se están haciendo casas nuevas… de a poco la ciudad se va corriendo hacia el interior y en el futuro habrá más vida cerca nuestro!  Extraño no poder ir a ver a las personas, compartir la Providencia, preguntar cómo están….gracias a Dios, muchos de ellos cuando pasan por casa se detienen y saludan y la amistad continúa.

El ébola sigue pero con fuerte disminución de  casos de contagiados….todo está en manos de Dios pero debemos estar atentos!  La Virgen sigue sosteniéndonos y protegiéndonos, dándonos mucha alegría de vivir en este pequeño pedazo de tierra bendecido  con Su  presencia. Las Hermanas de la Caridad de Madre Teresa hicieron  un retiro de nueve días en completo silencio en la casa de retiros del padre y su presencia, sus oraciones, llenaron de bendiciones nuestra misión!!

El domingo fuimos a  la celebración de la Santa Misa en la Catedral de Monrovia por el alma de los difuntos del hospital, a causa del ébola. Había 12 nombres, 12 rostros impresos en  las fotos puestas delante del altar, y muchos de ellos eran  queridos amigos nuestros: Padre Miguel, Sor Chantal, Hermanos Patrick y Jorge  (y otros que conocíamos por su servicio)… que vivieron hasta el final el carisma de su fundador  (San Juan de Dios) ¡donando y sacrificando sus vidas por los enfermos!  Todavía me resuenan  en los oídos sus voces, su presencia está viva en la memoria, el bien que nos donaron desde el principio, la providencia, el diálogo, el estar cercanos y  enseñarnos la vida misionera de Liberia….los amigos, ahora grandes amigos en el cielo!!!

También yo, querida Madre Elvira, deseo de todo corazón, con mis pobrezas, con lo que soy, vivir el Carisma que me dio el Señor,  gastando mi vida por todo, por todos, para siempre.
Entonces gracias por tu Confianza, por el don de  estar aquí, gracias por la llegada de sor Susan….gracias, gracias, gracias…el agradecimiento que tengo en el corazón hacia ti es infinito, hacia la Comunidad, hacia la vida!! Una Santa Navidad llena de alegría, calor y color….que el Niño Jesús sea tu alegría, tu esperanza… ¡¡recuerda que mis rodillas son tuyas!!  ¡TE QUIERO MUCHO! ¡CUENTA SIEMPRE CONMIGO!
Tu hija Sor Verónica…desde Liberia

FABRICIO E IRENE

FELICIDADES DESDE LA MISIÓN

Misión Santa Josefina Bakhita, 22 diciembre 2014

“Un niño nos ha nacido”  (Is  9,5)

Queridísimos todos,
Con mucho afecto, amistad y agradecimiento les deseamos  ¡¡FELIZ  NAVIDAD!!
Es asombroso pensar que nuestro Dios se hizo Niño, se volvió frágil y pobre para comprender nuestra humanidad, para abrazarnos y decirnos: “Te conozco y estoy cerca de ti.”  ¡Cuántos Niños Jesús nos pone por delante  la vida cada día aquí en Liberia!  Está en cada pobre que se detiene en nuestro portón  para pedir o vender algo, está en cada niño humilde vestido con  harapos que pasa  junto a nuestra misión. Jesús Niño pasa por nuestras vidas y el augurio es que podamos reconocerlo y recibirlo con los brazos abiertos.
Este año  también hicimos el Pesebre Viviente.  Sabíamos que por el ébola no podíamos invitar a nadie pero  resolvimos hacerlo por nosotros y por nuestros niños, para entrar en el clima de Navidad, para vivir la vida de Jesús, para asombrarnos de su Amor por nosotros!  Fue muy lindo: ya en los ensayos los vecinos se detenían a mirarnos  del otro lado del cerco. Verdaderamente Jesús supera toda barrera y llega hasta el corazón de todos para decir: “¡Te quiero, HE  NACIDO PARA TI!” Gracias por sus oraciones, son preciosas ( parece que lentamente están disminuyendo los casos de ébola)  ¡¡Sigamos rezando!!
Que el Niño Jesús los bendiga y María los proteja y los guíe.
FELIZ NAVIDAD.
Los queremos mucho.

Los niños, familia, tías, tíos y hermanas del Cenacolo en Liberia

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