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Milagros en Perù

MILAGROS  EN PERÚ…..

Queridísima Madre Elvira y todos, queremos compartir con ustedes este último período de “milagros”, verdaderos regalos de la Providencia ¡cómo la sentimos cerca cuando estamos “de rodillas”! El sábado pasado llegó un camión con bolsas de azúcar y de arroz. Fue así: hace un tiempo, en una fábrica de Lurín recibieron el pedido de ayuda de una casa para ancianos y ahora querían ayudar. Pero primero hicieron una visita para inspeccionar y vieron que el lugar era de mucho lujo, comprendieron que no necesitaban nada. Regresaban y justo pasaron frente a nuestro portón. Entre ellos había una señora que vio el cartel “Casa Hogar” y se dijo: “Paremos aquí, probemos de golpear en el nombre de Dios y si no nos abren, seguimos…” Hicieron así, y nosotros, sin saber quiénes eran, los recibimos. ¡Vieron nuestra casa y regresaron con la Providencia Otro gran “milagro” sucedió con la visita de una señora y su familia que llegaron a través de  las Hermanas Cistersences, quien al conocernos se empeñó en donar todas las semanas un pan para cada uno de los niños y de los adultos; además, una amiga de ella que trabaja en el Gobierno de Suiza le preguntó si conocía alguna asociación para hacer una donación. La señora lo consultó con las Hermanas Cistersences que en su gran bondad dieron nuestro nombre. Además, conocimos dos dentistas que ayudarán con los tratamientos odontológicos de los niños ¡Gran intervención de la Providencia, como podrán comprender!  Finalmente, para la alegría de Sor Mery, la maestra de Abrham (el niño con Síndrome de Down que recibimos hace poco), se ofreció para venir todos los jueves a ayudarnos con la logoterapia: ¡gran don para muchos niños que lo necesitan y que hasta ahora no tenían quién los ayudara! ¡Imaginen nuestra alegría! También queremos agradecer a los amigos de la fraternidad de Austria por lo que nos donaron y a todos los que piensan en nosotros. Finalmente, pero no menos importante, el día del “Señor de los Milagros” llegaron a nuestra puerta algunas personas con  cestas de carne de cerdo y de pollo cocido al “Cilindro”, dijeron que la semana anterior algunas personas fueron a comer con ellos (no sabemos quiénes) y les dijeron que sería un buen gesto ofrecer la comida que no habían vendido a la “Casa Hogar”… Ellos prometieron hacerlo…¡y lo hicieron! ¡Qué fiesta que hicimos al día siguiente! Nos sentimos “extra bendecidos” por la Providencia. Ayúdennos a agradecer:
¡Gracias, Gracias, Gracias! Un fuerte abrazo de cada una de nosotras.

Hermanas Misioneras de la Resurrección en Perú.

 

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