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Testimonio en Paray le Monial

 Al llegar a Paray le Monial se tiene una sensación de paz. La antigua y pequeña ciudad de la Borgoña no sólo es acogedora porque es bonita sino también porque “tiene”  un mensaje único, que nos pertenece y nos llama: ¡el Sagrado Corazón de Jesús!.
 En este gracioso pueblito, el Sagrado Corazón, el Señor, se le apareció a una religiosa de la Visitación, sor Margarita María Alacoque, ofreciéndose a la humanidad como un corazón que tanto amó y que tanto ama. Por esto, Paray es lugar de peregrinación y también es  donde  organiza  encuentros  la Comunidad del Emanuel.
  La Comunidad Cenacolo está invitada a participar en  uno de estos encuentros desde hace varios  años.  Este año un grupo de chicos y chicas de la Comunidad participaron en los encuentros de adolescentes, entre 13 y 17 años.   “YES; WE CAN”  (“SÍ, NOSOTROS PODEMOS”)  fue el lema, de ellos y nuestro. El grupo del Cenacolo, junto a otros miembros del Emanuel, fueron los encargados de la “animación”: dos días  para preparar los  momentos de oración, juegos, discusiones y escenas, todo por organizar para los días del encuentro.  El día comenzaba con las Laudes, seguíamos con catequesis y “carrefour” o “ateliers”, es decir grupos de trabajo sobre temas sociales, religiosos y culturales, lo que permitía que muchos jóvenes sin ser “catapultados” a la realidad de la oración –para muchos aún lejana-  se sintieran “acompañados” con amistad  y conocimientos.  Muchos adolescentes nos conmovieron con su profundidad y su fe cultivada y alimentada  dentro de   los movimientos de oración; otros participaban por primera vez, tenían curiosidad por conocer y no eran pocos los que pedían  ser escuchados por alguien que los pudiera  ayudar: jóvenes “normales” pero en  la búsqueda de certezas. Una  noche, con el tema de la Misericordia, se formaron grupos de escucha y también nosotros  participamos: jóvenes que escuchaban a otros jóvenes que contaban sus dudas, sus preocupaciones, desilusiones, sus problemas con la familia y después invitarlos a confesarse: una velada extraordinaria a la búsqueda de un encuentro con Jesús. En el grupo del Cenacolo también estaba el Padre Stefano que testimonió la experiencia de la Comunidad sobre la  Misericordia y el Amor del Padre por sus hijos; después de su intervención, muchos amigos venían a buscarnos para un encuentro más profundo. Todas las noches, antes de regresar cada uno a su  alojamiento, nos deteníamos en la Capilla de las Apariciones para abandonarnos  al Señor frente al mosaico que  ilustra el encuentro de Margarita  María con Jesús    . Paray le Monial es todo esto y es mucho más: es un Corazón Abierto que nos llama a encontrarlo para vivir el  amor y la vida en plenitud.

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