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El Papa en París, 12 de septiembre de 2008

El Papa anima un mini Jornada de la Juventud en París
En la noche de este viernes, junto a la catedral de Notre Dame

PARÍS, sábado, 13 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI dio inicio en la noche de este viernes, junto a la catedral Notre-Dame de París, a una mini Jornada de la Juventud en la que participaron unas 270 mil personas.

Tras haber celebrado las vísperas en el lugar símbolo del catolicismo francés, el Papa dirigió unas palabras a los jóvenes reunidos en el atrio de la catedral, seguidas también a través de grandes pantallas por las calles adyacentes, a lo largo de la orilla del Sena.

Al ver al río humano de jóvenes el Papa confesó que el encuentro le recordaba la Jornada Mundial de la Juventud, en julio pasado, y de hecho les habló de lo que Sydney hizo redescubrir a muchos jóvenes: "la importancia del Espíritu Santo en nuestra vida".

Los jóvenes habían llegado muchas horas antes para tratar de encontrar un buen puesto. En la espera, siguieron el discurso del Papa al mundo de la cultura, en el Colegio de los Bernardinos, a través de las pantallas, así como las vísperas en las que el Papa participó junto a sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos y seminaristas.

Un grupo de veinte jóvenes, de 14 años, del colegio Juana de Arco en Brétigny, localidad a las afueras de París, y sus cinco acompañantes han transmitido su entusiasmo a Zenit en el puente del Sena.

Milena confesó su sorpresa ante la "confianza" que el Papa les ha mostrado en varias ocasiones durante su discurso. En esto también coincidían Matthieu y Julien. Del discurso del Papa, Baptiste se ha quedado con la "valentía" que el Espíritu Santo da en la prueba. Mathilde escuchó un llamamiento a "compartir".

Loïc ha descubierto en las palabras del Papa que "Dios no ha terminado la creación", y que por tanto no está en el desempleo. Rémy quedó impactado por lo que Benedicto XVI dijo sobre la Palabra de Dios y la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Se ha dado cuenta que todo está "unido": los hombres y la Iglesia, las personas y la naturaleza.

Otros jóvenes de veinte años, con los que Zenit se encontró junto a Notre-Dame, han escuchado de la palabra "urgente" en el llamamiento del Papa a "testimoniar". A Benoît, seminarista de la diócesis de Pontoise, le emocionaron los dos "tesoros" que el Papa ha confiado especialmente a los jóvenes: "el Espíritu Santo y la Cruz". Sí, confirma a su lado Aude, la invitación a "llevar la cruz".

También hay sacerdotes. El padre Jérôme Bascoul, vicario en París, en la parroquia de Saint-Médard, se quedó con "el rostro radiante del Santo Padre cuando habló a los jóvenes en medio de esta estupenda luz" del ocaso del sol, ante esta "joya en piedra", el trio de Notre-Dame, cuando confiaba a los jóvenes el "tesoro del Espíritu Santo".

Responsable del diaconado en el seminario de París, el padre Denis Dupont-Fauville, también quedó impresionado por este rostro iluminado, así como por el "extraordinario" discurso del Papa ante el mundo de la cultura en el Colegio de los Bernardinos, que se convertirá también en un lugar de formación para futuros sacerdotes.

"Ha afrontado el corazón de lo que queremos hacer. Parecería que nos ha presentado un programa: 'Ora et Labora --oración y trabajo--', según la Regla de san Benito".

El Padre Louis Marie, abad benedictino de Sainte-Madeleine du Barroux, está encantado al ver que el Papa cita continuamente a san Benito. En los Bernardinos, el Papa reflexionó sobre el monaquismo medieval para sacar del ejemplo de los monjes que fundaron ese ese "colegio" una enseñanza para hoy: "Nos ha recordado que nuestra vocación primigenia es la 'búsqueda de Dios'".

El padre abad admira esta "extraordinaria sencillez" de Benedicto XVI, su "bondad", y subraya el pasaje en el que afirmaba que "no hay cultura sin búsqueda de Dios". "¡Espléndido", reconoce el religioso.

Párroco de San José Obrero, en París, el padre Hervé Guillez quedó impresionado por "la alegría" contagiante que se respiraba en la catedral de Notre-Dame, y al ver a estos sacerdotes y religiosas que redescubrían una especie de "infancia espiritual".

Para la hermana Stella, religiosa de la Asunción, italiana, Benedicto XVI es "un hombre totalmente entregado a Dios y a su pueblo, la Iglesia". "Es alguien capaz de adaptarse a cualquier edad, que sabe a quien se dirige·. Y concluye sinceramente: "Le quiero mucho".

Para la hermana Caroline, Hermanita de los Pobres, superiora de la comunidad de Saint-Denis, lo más elocuente ha sido el lazo creado por el Papa entre "tradición" y "actualidad", invitando a "recurrir a lo que hemos recibido": "La Iglesia está en unidad con todo lo que ha recibido del pasado y lo que es hoy".

Los jóvenes continuaron después la mini Jornada de la Juventud, en la noche parisina, con momentos de oración y adoración en las iglesias cercanas.

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