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1990

Julio de 1990 – Primer encuentro
“El Papa bendice Sor Elvira y la Comunidad” (por el cuento de un amiga)
Juan Pablo II se encontraba descansando en el mes de julio por una semana en el Valle de Aosta, el 15 de julio, en las cercanías de Champoluc, había entusiasmo en muchas personas que luego de haber caminado una hora desde Antagnod a Bermasc, muy temprano a la mañana, esperaban el momento del encuentro con el Papa.
Sor Elvira había llegado desde Saluzzo invitada por los amigos y esperábamos el arribo del Pontífice. Estábamos todos contentos y emocionados cuando, apoyados en la barrera, lo vimos acercarse saludando a la multitud que lo aclamaba de todos lados. Cuando estaba bien cerca comenzamos a gritarle de modo espontáneo: “¡Aquí está Sor Elvira!”  El santo Padre se dio vuelta y preguntó: “¿De dónde es?”  Rápidamente le respondimos a coro: “De Saluzzo.”  Pero el Papa no quería nuestra respuesta, quería la de Sor Elvira, y seguía mirándola fijamente, de manera profunda e indescriptible. Tres veces le preguntó: “¿De dónde es?”  hasta que Sor Elvira le respondió: “De Saluzzo, vivo con los drogados.”
Entonces el Papa, como para decir: “Sí, eres justo tú”, penetró con sus ojos los de ella  y entre ellos dos hubo una intensa mirada, después levantó su fuerte mano y la bendijo en la frente, como para decirle: “¡La Iglesia te bendice! 
Fue un momento que nos conmocionó, como un primer paso de reconocimiento por parte de la Iglesia. Fue una alegría muy grande por lo que significaba ese gesto ya que ese día era el séptimo aniversario del nacimiento del Cenacolo.

 

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