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Entrevista a padre Gasparino

Con motivo del XXV  aniversario del Cenacolo, entrevistamos algunos amigos que son particularmente significativos en nuestro camino. Comenzamos con el P. Andrea Gasparino, fundador del “Movimiento Contemplativo Miosionero  Padre de Foucald”, de Cúneo.

-Padre, ¿Cómo nació la amistad entre usted y sor Elvira y posteriormente entre las dos comunidades que Dios hizo nacer por ustedes?

            Partimos de una gran admiración recíproca para llegar a una verdadera y profunda amistad. Desde el principio me pareció que sor Elvira  había comenzado de la manera adecuada, tirando abajo los muros de la mediocridad.

 

 

-Usted siempre nos quiso mucho, nos sostuvo e iluminó en los momentos especiales de nuestra Comunidad. ¿Por qué tanto amor por el Cenacolo?

         En sor Elvira vi desde el principio que nuestra vida debía estar dispuesta  al amor y que  vivir en plenitud es vivir la vida de la fe. Recuerdo muy bien cómo era la casa de San Lorenzo, en Saluzzo: era una casa en ruinas cubierta de malezas y ustedes la transformaron en un palacio y un jardín. Con ustedes pasó por Saluzzo la potencia del Espíritu Santo.

         Nuestra amistad fue creciendo con el paso de los años. Era tan genuina que no me impedía decirle a sor Elvira aún cosas que la hacían sufrir.

 

 

-¿Tiene en su corazón algún recuerdo especial sobre nuestro camino?

            Sí, pienso que hay una fecha en la historia de nuestra amistad con el Cenacolo que fue el inicio de un cambio decisivo. Vino sor Elvira con su primer grupo de colaboradores a consultarme. Recuerdo que en  aquella habitación éramos cinco personas que  el Señor había reunido para dar un cambio decisivo en la Comunidad Cenacolo y yo le dije unas palabras que decidieron ese cambio. A sor Elvira  le hacía sufrir mucho la separación de su orden religiosa, y le dije: “Es necesario hacer un corte drástico, sino el Cenacolo no  arranca.” En esa fecha el Cenacolo inició el camino que Dios le había preparado.

         Nosotros teníamos nuestra misión en el campo de los pobres y de la caridad: eran los pobres del Tercer Mundo. Sor  Elvira en cambio, tenía frente a sí una misión totalmente nueva que la envolvió y la apasionó.

 

-A menudo nos recuerda que nuestras comunidades son hermanas. En estos años muchísimos de nuestros jóvenes participaron en sus cursos de Oración. ¿Cómo ve esta amistad fraterna que une nuestras realidades?

         Nuestra amistad se basó y creció en la oración. Luego, cuando comenzaron nuestros cursos de las Comunidades de Base, los mejores chicos del Cenacolo participaron. Era como una transfusión de vida espiritual nueva .

 

-Los 25 años del Cenacolo desean ser un agradecimiento especial al Amor de Dios por todos los milagros que realizó y realiza. ¿Hay alguna luz importante para el futuro?

         ¿Qué más querra el Señor?  Él nos lo dirá y nosotros lo seguiremos con total disponibilidad. Que el Señor nos bendiga y nos haga cada vez más dóciles al Espíritu Santo, que anima nuestras dos comunidades.

 

Padre, de parte de sor Elvira y de todos nosotros, un GRACIAS! Infinito para usted y para su comunidad por el amor que derraman sobre nosotros.

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